jueves, 9 de diciembre de 2010

EL ZORZAL Y EL ARBUSTO SIN FLOR




Cuando por el campo me voy de paseo
tratando mis penas todas olvidar,
con mis ojos tristes y cansados veo
que un zorzal muy cerca se viene a posar.

El zorzal se para sobre la ramita
de un arbusto hermoso que no tiene flor,
batiendo sus alas entonces me invita
para que entonemos canciones de amor.

Me acerco despacio y observo en sus ojos
la mirada triste de su soledad
porque las espinas y muchos abrojos
le hacen compañía a su realidad.

Al batir sus alas de inmediato noto
que ya están cansadas de tanto volar,
se fué su pareja y ha dejado roto
todo ese cariño que le quizo dar.

Ahora solitario se encuentra buscando
una compañera que calme el dolor
de sentirse solo, por eso cantando
está en el arbusto que no tiene flor.

Me veo en sus ojos y entonces comprendo
que el zorzal es mi alma y me pongo a cantar,
y aunque mi alma cante yo vivo sufriendo
muchos desengaños... y empiezo a llorar.